Metamorfosis de un torturador: hacia una ergonomía mundial basada en la atención
¿Cómo es que una persona llega a transformarse en un torturador? ¿Cómo impedimos que lo haga? Para abordar estas preguntas, este artículo insta a académicos y profesionales a considerar la atención (es decir, recurrir a la empatía, la comprensión y el trabajo en conjunto) hacia la figura de quien podría decirse que aún no es un torturador. En primer lugar, cabe señalar que la tortura es un fenómeno mundial que trasciende fronteras y tipos de regímenes, y consideramos que esta globalidad es un indicio de que la tortura no es –muy a menudo– el resultado de una decisión o una orden. A continuación, se analiza la "conciencia" del torturador en cuanto a (1) su paradójica cicatriz emocional producto de sus propios actos, y (2) su frecuente argumento de nunca haber tenido la "intención" de torturar a alguien. (en inglés)