La experiencia adquirida en los esfuerzos por hacer frente a la dificultad de mantener los servicios públicos (por ejemplo, agua, saneamiento, electricidad y la eliminación de desechos sólidos) en el tiempo nos ha enseñado que las causas subyacentes de esa dificultad no reciben la atención que merecen. Hasta sus síntomas son difíciles de sobrellevar por medio de una intervención de urgencia a corto plazo. Este desafío se vuelve aún más espinoso si, a la complejidad propia de los contextos urbanos, sumamos ciclos repetidos de conflicto armado y sanciones internacionales, así como otras restricciones a la importación de bienes. La experiencia del CICR y la investigación emprendida por la Institución indican que hay que dar paso rápidamente a una nueva era humanitaria, en la que resulta imperioso cambiar de paradigma a fin de diseñar y poner en marcha intervenciones que sean más eficaces para prestar asistencia a las personas afectadas. (en inglés)