IRRC No. 887
Editorial: la mundialización sólo traerá progreso
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Abstract
"El mundo es mi país." Esta célebre frase de Thomas Paine expresa la idea de un vínculo común que une a la humanidad y transciende las distancias, las fronteras y las naciones. La revolución industrial primero y luego la mundialización imprimieron nuevo ímpetu a esta idea. Hoy en día, estamos más conectados que nunca, debido a nuestros viajes, nuestros medios de comunicación y nuestros intercambios comerciales. Esta evolución es, en gran medida, obra del sector privado: las actividades de las compañías nacionales o multinacionales han tejido una red compleja de interdependencias.
La mundialización es para mejor cuando nos beneficiamos mutuamente de nuestras ventajas respectivas, pero es para peor cuando no hay intercambio sino explotación. La ambivalencia de este fenómeno se percibe de manera más intensa en las zonas del planeta afectadas por conflictos y violencia: los factores económicos son, a menudo, causas directas de la violencia o, al menos, pueden exacerbarla y perpetuarla.