Todos los días, desaparecen personas en situaciones de conflicto y de violencia, o bien en los caminos del exilio, del desplazamiento o de la migración. Mientras tanto, sus familiares viven con una herida que no termina de sanar. Mucho después de que las guerras o las catástrofes han llegado a su fin, de que los heridos han recibido atención y de que se han construido nuevos hogares sobre las ruinas de la destrucción, persiste el sufrimiento por la desaparición de un ser querido. Dada la magnitud del fenómeno de las personas desaparecidas a nivel mundial, los efectos intergeneracionales que produce en las familias, las comunidades y la sociedad, así como el carácter más internacional de los desastres naturales y antropogénicos, la International Review dedica este número a la cuestión de las personas desaparecidas, con énfasis en sus necesidades y las de sus familiares, así como en los mecanismos puestos en marcha para esclarecer el paradero de esos desaparecidos y en las medidas adoptadas para la identificación de los restos humanos.