A lo largo de los siglos, nuestra forma de percibir a los principales actores de la guerra se ha visto influida por los estereotipos de los hombres como agresores y de las mujeres como testigos pasivos y amantes de la paz. Sin embargo, la realidad es que las mujeres también tienen un papel activo en los conflictos armados y en la situación posterior a éstos como políticas, combatientes, dirigentes de organizaciones no gubernamentales y de grupos sociales y políticos, y militantes por la paz. A fin de mejorar la eficacia de las medidas en su favor, es necesario comprender mejor los efectos de los conflictos armados en las mujeres y las vulnerabilidades particulares que las afectan en esos contextos.