La tradición de brindar refugio a las personas que huyen y necesitan protección viene de larga data y se la ha practicado a lo largo de la historia en diversos contextos. En la actualidad, forma parte del derecho internacional. En la Declaración de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2016, se reafirmaron los estándares internacionales de protección de los refugiados y se definió un modelo para dar una respuesta más integral a los movimientos de refugiados a gran escala basado en una responsabilidad mundial compartida con relación a los refugiados. El documento representó un avance crucial en un momento en que la cooperación internacional orientada a prevenir conflictos armados, responder ante ellos y resolverlos está demostrando que resulta inadecuada y en que un número creciente de personas son desplazadas internamente, se ven forzadas a cruzar fronteras o deben permanecer exiliadas durante períodos prolongados a causa de conflictos armados, violencia y persecuciones. En esta entrevista, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados reflexiona sobre algunos de los desafíos actuales más significativos en materia de desplazamientos forzados, así como de las perspectivas que se abren a partir de la Declaración de Nueva York.